Buscar las cosas de arriba

Colosenses 3:1-4

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Dios quiere que yo ponga la mira en las cosas de arriba, y no en las de la tierra. Con decir arriba, se refiere a lo espiritual y lo referente al Reino de Dios, porque en el primer versículo dice “las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” Si cuando se refiere a lo de arriba como espiritual y Reino de Dios, entonces podría entender que las cosas en la tierra son las cosas carnales y pasajeros. Entonces este versículo lo puedo entender como Dios diciéndome que tengo que poner la mira en las cosas espirituales que duran por la eternidad en el Reino de Dios y no en las cosas de la carne que son pasajero y temporal.

Ahora la pregunta es, cómo aplicar eso en mi vida como esposo, padre y cabeza de familia. La biblia dice que NO debo de descuidar a mi familia sino que siempre debo de proveer para ellos así que eso es Reino de Dios, cuidar a mi familia. Yo creo que no debo de fijar como metas logros carnales y que no duran por la eternidad en el Reino de Dios. Entonces cuando dice fijar la mira, es fijar metas. Así que podría aplicar esto de la siguiente manera, cualquier plan o meta en mi vida debe de tener algún propósito eterno o ser en obediencia directa de Dios.

Debo de analizar mi vida y darme cuenta cuales son mis planes y propósitos y examinarlos a la luz de esta parte de la escrituras. Ver si mis metas tiene la mira en las cosas de arriba o en de la tierra.

Obedecer la Doctrina de Cristo y no doctrina de hombres

Colosenses 2:8-23

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”
En esta carta, Pablo hace un fuerte argumento de que no debemos de seguir las enseñanzas y filosofías que son creados por los hombres y no por Cristo. Muchas veces hoy en día, la personas viven conforme a muchas cosas, algunas bíblicas y algunas no. Las personas siguen las reglas puestas por las iglesias o incluso reglas puestas por otras personas nada más, no tanto de la iglesia. Y no solo eso, sino también se juzgan según estas reglas que ni son de la sana doctrina de Cristo. Solamente Cristo tiene el poder y derecho de enseñarnos que hacer y de juzgarnos. Es como querer ser más que Jesús, al poner reglas más estrictas y agregar cosas que originalmente no están escritos.

Debemos de obedecer la palabra de Dios. Más específicamente las enseñanzas de la gracias porque ya no estamos bajo la ley. La ley nos da más criterio para poder vivir bajo la gracias, pero ya no es necesarios aferrarnos a la ley. Más bien debemos de buscar una relación íntima y dinámica con Cristo. Escuchar sus palabras y formar nuestras propias convicciones que son personales e individuales. No es justo imponer una convicción propio en otra personas, más bien lo que debemos de hacer es ayudar a esa persona formar su propia convicción a través del estudio de la palabra de Dios, la oración y la intimidad con Cristo. Cristo debe ser la única persona que nos debe de decir que debemos de hacer y juzgarnos, ningún otra persona lo puede hacer. Si nuestros padres no mandan, pues en obediencia a Cristo le obedecemos a nuestros padres, pero en ese orden, por obediencia a Cristo, obedezco a mis padres, autoridades, patrones, pastores, etc. .

Aplicación: Tenemos que volver a nuestros rudimentos y examinarlos bien para ver si provienen de tradiciones humanas o sana doctrina de Cristo. Debemos de hacer nuestras propias convicción de a partir de una relación personal e íntima con Cristo.

Debo de vivir equilibrado

Día 39

En este capítulo el autor habla de que debemos de vivir de una forma equilibrada. Debemos equilibrar nuestra vida entre los 5 puntos del gran mandamiento y la gran comisión.


  1. Ama a Dios con todo tu corazón: Fuiste creado para agradar a Dios (adoración)

  2. Ama a tu prójimo como a ti mismo: Fuiste creado para servir a Dios (ministerio)

  3. Ve y haz discípulos: Fuiste creado para una misión (evangelismo)

  4. Bautizándolos en…: Fuiste creado para vivir en la familia de Dios (compañerismo)

  5. Enseñándolos a hacer todas las cosas…: Fuiste creado para ser como Cristo (discipulado)

El autor propone cuatro cosas que debemos de hacer después de leer este libro para mantener una vida equilibrada


Habla de esto con tu compañero espiritual o grupo pequeño. Dice que debemos de compartir con los demás hermanos nuestro crecimiento con el fin de animarnos y fortalecernos para seguir adelante. Involucrando a otros puede enriquecer las lecciones que Dios nos está enseñando.


Evaluar tu vida espiritual con regularidad. Debemos tomar tiempo para examinar nuestras vidas y ver cómo estamos. Debemos pedirle a Dios que nos muestra la verdad por medio de su luz.


Escribe tus progresos en un diario. Yo creo que esto es parecido a la libreta de devocionales. Donde podemos escribir las cosas que Dios nos va enseñando. No solamente debemos de escribir las cosas agradables sino como David, que escribió sus dudas, sus angustias y hasta sus quejas.


Enseña a otros. Dice el auto que una forma de aprender más de Dios es enseñando a otros lo que has aprendido. De alguna forma te ayuda a repasar las lecciones que has aprendido al volver a recordarlo para enseñarlo. Esto es parte del discipulado, y si nosotros no reproducimos que lo nuestro discipulado nos enseñó, entonces está quedando falto nuestro discipulado. Debemos de seguir con el proceso de discipulado.


Pregunta para considerar: ¿Con cuál de las cuatro actividades puedo comenzar para seguir y equilibrar los cinco propósitos de Dios para mi vida?


Mi opinión: De los cuatro puntos, llevo a cabo 3, pero no con toda conciencia. Yo creo que sería hacerlo con más significado y comenzar a hacer el punto 4, que es enseñar a los demás.