Romanos15
En este capítulo aprendemos varias cosas con respecto a nuestra forma de comportar como Cristianos. Dios nos enseña que debemos buscar agradar a nuestros prójimos y a nuestros hermanos débiles en la fe. Debemos agradarlos en lo que es bueno y para edificación. No debemos buscar agradarnos a nosotros mismo. Quizá suena difícil pero yo creo que cuando aprendamos a amar a nuestros prójimos con el mismo amor con que Dios los ama, se nos hace más fácil buscar agradar a la otra persona, porque dejamos a un lado los juicios, y nos enfocamos en cómo podemos amarlos. Si esto significa dejar de agradarnos a nosotros mismos, y agradarlos a ellos en lo bueno y edificante, pues lo hacemos sin que sea peso, todo por amor a ese hermano. Si no se hace con el amor que Dios tiene para nosotros, será simplemente obra y será de menos bendición.
También Dios nos enseña en este capítulo que no debemos olvidar que el ministerio es para con los gentiles también. Dios quiere que todo el mundo sea salvo por medio de Cristo Jesús, sin importar que sean Judío, griego o gentil. Yo soy gentil. Yo soy adoptado y soy injerto por medio de Cristo. Así también debo de recordar que el ministerio se debe enfocar a los gentiles también, no solamente a los que ya están salvos, sino ir a predicarle a gente que no han escuchado de Cristo, y que no han sido predicados antes para que se cumpla lo escrito.
Aplicación: Dios, ayúdame a amar a las demás personas así como tú los amas. Ayúdame a ser más como tú. Ayúdame a predicarles a los demás por medio del mismo amor con que tú los amas.
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