En esta capítulo, Pablo explica cómo nosotros estamos muertos al pecado pero vivos para Dios. Al final de este capítulo, está una verdad que nos ayudará entender este capítulo. La paga del pecado es muerte. En otras palabras, las consecuencias del pecado es la muerte espiritual. No tanto la muerte física, porque somos mortales y todos vamos a morir, independientemente si pecamos o no, entonces la muerte a que se refiere es la muerte espiritual. Entonces toda persona que ha pecado, tiene que pagar por sus pecados con su vida eterna, por decirlo así. Pero Dios nos ofrece otra alternativa. Esa alternativa es, entrega tus pecados a Jesús, y él morirá por tus pecados. Pero tienes que hacerlo de verdad. Cómo están muriendo tu pecado, entonces ya no debe de vivir más en ti. Pregunta, ¿si sigues pecando, realmente moriste al pecado? Entonces si hacemos este trato y realmente lo vivimos, entonces estamos muertos al pecado, pero vivos espiritual y eternamente para con Dios.
Antes de morir al pecado, estábamos literalmente esclavos del pecado, ya que no había forma de quitar o justificar nuestros pecados. Estabamos condenados a morir espiritualmente. Nada nos podría limpiar ni justificar. Ni la ley podría ayudarnos ya que la misma ley es la que delataba nuestros pecados y nos acusaba y finalmente condenaba. Entonces no había solución. Pero por eso llamamos a Jesucristo nuestro Salvador, porque él fue el que nos da la salida de este esclavitud, y no lo hace difícil para que nosotros lo podamos hacer, solamente tenemos que creer. Ya perdonados de nuestros pecados no avergonzamos de las maldades y pecados que cometíamos, y esas cosas no nos da nada bueno ahora, pero la salvación nos lleva a la santificación y finalmente, la vida eterna. Nuestros cuerpos ya no serán usados para injusticia o para vergüenza nuestra, sino que será un instrumento de justicia, un instrumento para hacer las buenas obras que Dios tiene planeado para nosotros.
Aplicación: Estamos muertos al pecado y vivos para Dios. Nuestros cuerpos ya nos son instrumentos o herramientas del pecado sino que instrumentos y herramientas para la justicia de Dios. Gocemos de la libertad y vida espiritual que nuestro salvador nos da por medio de la fe.
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