No hay condenación

Romanos 8:1-5

Al principio de este capítulo, Dios nos enseña en maravillosa verdad y promesa. Dice: "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu." No hay condenación para aquellas personas que están en Cristo Jesús. Es muy maravilloso este versículo, pero quizá muchos no le damos la importancia que debiera. Dice que no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Muchos de nosotros nos llamamos Cristianos, porque seguimos a Cristo, y porque creemos en él. Yo creo que todo se consideran Cristianos, y está bien, pero el versículo continúa, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Esto reduce drásticamente las personas que ya no tendrán condenación. A veces los que se llaman Cristianos también andan conforme a la carne, son llevados cautivos al pecado. Esto no debe ser así, los que andan en Cristo deben de andar conforme al Espíritu Santo de Dios. La ley nos condenaba de pecado y a la muerte pero la ley del Espíritu nos da vida en Cristo Jesús. Dios nos pide que no andemos conforme a la carne sino conforme al Espíritu. ¿Cómo lo podemos hacer?

Una clave está en el versículo 5: "Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu." Debemos de cuidar las cosas que pensamos. No debemos de estar pensando en las cosas de la carne sino en cosas del Espíritu. No cosas que nos llevan a pecar sino cosas que edifica y da gloria a Dios. Así que debemos de pensar en cosas como las escrituras, cómo aplicar la escritura en nuestras vidas, pensar en cómo llevar a cabo los propósitos de Dios en nuestras vidas, debemos de pensar como amar a los demás, cómo honrar a nuestros padres, cómo compartir el evangelio, debemos pensar en las cosas que le agradan a Dios.

No podemos dejar que el pecado nos controle, porque dice que el que vive conforme a la carne no puede agradar a Dios. Debemos de creer en Dios y pedir su ayuda porque por nosotros mismos no podemos agradar a Dios. Dios es el que nos libra del pecado y de la ley.

Aplicación: Dios ayudame a pensar en cosas espirituales, no permitas que mis pensamientos sean llevados a los deseos de la carne. Ayúdame a ser más como tú, y ser guiado por el Espíritu.

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