Es mi responsabilidad de cuidar la unidad de la iglesia

Día 21

En este capítulo el autor habla de la responsabilidad que cada uno tenemos para cuidar la unidad de la iglesia. Muchas veces las iglesias tienen problemas en manteniendo la unidad entre los hermanos, y por lo tanto esto obstruye la comunión y puede causar divisiones. Dios no quiere eso para su familia. Dios, cómo nuestro padre celestial se place en ver a todos sus hijos llevándose bien los unos con los otros. Cada uno tenemos la responsabilidad de cuidar la unidad de la iglesia. El autor sugiere algunos principios para cuidar la unidad de la iglesia.

  • Enfoquémonos en lo que tenemos en común, no en las diferencias. Dice la biblia que debemos de esforzarnos en promover la paz y la mutua edificación. La biblia también dice que todos compartimos un Señor, un cuerpo, un propósito, un Padre, un Espíritu, una esperanza, una fe, un bautismo y un amor. Estos deben ser los asuntos en los cuales debemos enfocarnos y no en nuestras diferencias personales. Debemos disfrutar las diferencias de los demás en lugar de tolerarlas. Dios quiere unidad y no uniformidad. Nuestras diferencias nos enriquecen.
  • Sé realista con respecto a tus expectativas. A veces nos desanimamos al darnos cuenta que lo real no se asemeja a nuestro ideal. Debemos amar a la iglesia con pasión a pesar de sus imperfecciones. Anhelar lo ideal mientras criticamos lo real es muestra de inmadurez. Y si uno se conforma con la realidad sin esforzarse por alcanzar lo ideal, es señal de complacencia. No debemos de esperar perfección de la iglesia, ya que está compuesto de pecadores ya que ninguno es perfecto como Cristo.
  • Decídete a animar más que a criticar. Es más fácil criticar a los que están trabajando en la obra de Dios que participar. Dios nos advierte que no debemos de criticarnos, compararnos ni juzgarnos unos a otros. Tampoco debemos de juzgar o despreciar a otros creyentes cuyas convicciones son diferentes. Cuando juzgo a otro creyente, pasan 4 cosas al instante: pierdo mi comunión con Dios, sale mi propio orgullo e inseguridad, me coloco bajo el juicio de Dios y daño la comunión de la iglesia.
  • Niégate a escuchar chismes. Chismear es divulgar una información cuando uno no es parte del problema ni de la solución. Las personas que te cuentan chismes también rumorean acerca de ti. No se puede confiar de ellas. La manera más rápida de terminar con un conflicto en una iglesia o en un grupo pequeño es enfrentar a los que están difundiendo rumores, e insistir en que no lo haga más.
  • Practica el método de Dios para solucionar conflictos. Mateo 18:15-17 “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
  • Apoya a tu pastor y a los líderes. No hay líderes perfectos, per Dios les da la responsabilidad y la autoridad para mantener la unidad de la iglesia.

Pregunta para considerar: ¿Qué estoy haciendo particularmente para proteger la unidad de la familia de mi iglesia?

Mi opinión: Activamente no estoy haciendo nada. Simplemente trato de no ser parte del problema.

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