Firmes y adelantes

Hebreos 10

Gracias al sacrificio perfecto de Cristo, ahora podemos acercarnos a
Dios. Cómo dice el versículo 19, nosotros podemos entrar hasta el
Lugar Santísimo, en la presencia de Dios por la sangre de Cristo. Dice
que Cristo nos abrió este camino nuevo y vivo a través del velo o
separación, y ahora dice que "acerquémonos con corazón sincero, en
plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala
conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.". Dios nos recibe
en su presencia por medio de la sangre de Cristo.
Sabiendo que Dios nos recibe por el sacrificio que hizo por nosotros
debemos de "Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió". Debemos de ser
constantes, sin fluctuar. Debemos de procurar no salirnos del camino
del Señor porque en una de esas podemos quedarnos caídos y luego no
quedará más sacrificio por nosotros. Si nosotros decidimos darle la
espalda a Cristo después de haber sido verdaderamente purificado por
su sangre, entonces "ya no queda más sacrificio por los pecados, sino
una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de
devorar a los adversarios", "¿Cuánto mayor castigo pensáis que
merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la
sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al
Espíritu de gracia?", "¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios
vivo!". Esto es muy fuerte pero muy real.
Así que estando ya salvos debemos de mantenernos firmes. Dice este
capítulo, "No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande
galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo
hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.". Solo necesitamos
ser pacientes. Muchas cosas nos pueden pasar mientras tanto, pero
debemos de recordar que es temporal, que todo lo que nos pasa nos pasa
para bien, y que al final Dios nos tiene un galardón. Si nada nos
puede separar del amor de Dios, entonces para nosotros nada debe de
obstaculizar nuestra relación con Dios.
Así que debemos de cuidarnos a nosotros mismos de no fluctuar y caer,
pero también Dios nos pide cuidar a nuestros hermanos en Cristo. Dice
que debemos: "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor
y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen
por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que
aquel día se acerca.". Debemos de animar, regañar, ayudar, comentar,
etc., a nuestros hermanos para que sigan el camino del Señor. Así que
nosotros practicamos la santidad, así también debes ayudar a los otros
ser santos.
Firmes y adelantes: "Pero nosotros no somos de los que retroceden para
perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma."

Aplicación: Nunca darle la espalda a Dios. Debo ser firme y paciente,
y no fluctuante y desesperado. No debo de alejarme de mis hermanos
porque ellos me van a animar a quedarme en el camino, y también debo
animar a otros. Firme y adelante, y nunca retroceder para perdición.

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