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La vida desde la perspectiva de Dios

Día 5

En éste capítulo, el autor nos invita a ver la vida desde la perspectiva de Dios. No recomiendo definir correctamente nuestra vida para que vivamos según esa definición. “La biblia nos ofrece tres enfoques o metáforas que nos enseñan qué es la vida desde la perspectiva de Dios. La vida es una prueba, un fideicomiso y una asignación temporal.”En este capítulo hablan de los primeros 2 puntos.

La vida es una prueba. Yo estoy de acuerdo de que la vida es una prueba. La biblia nos enseña que todo lo que pasa al que ama a Dios, le pasa para bien. Yo creo que ese debe de ser nuestra actitud hacia la vida, recibir todo como una oportunidad de crecimiento para nuestra vida. En nuestras vidas vendrán cosas buenas y malas pero dependiendo de nuestra actitud hacia las circunstancias, será la medida del resultado de la prueba. Dios nos enseña la forma en que debemos de vivir, y las pruebas son exámenes que comprueba si realmente entendimos y pudimos aplicar el concepto aprendido. Si no lo aprendimos lo mejor sería que repitiéramos esa materia.

La vida es un fideicomiso. En otras palabras que todo lo que Dios nos da nos es encargado. Nosotros somos mayordomos o administradores de todo lo que tenemos. Todo pertenece a Dios y debemos de cuidarlo y administrarlo cuidadosamente ya que tendremos que rendir cuentas con nuestro amo al final de nuestra vida. Dependiendo de cómo administramos las cosas, se nos dará o quitará más adelante.

Entonces si nosotros definimos nuestras vidas con la perspectiva de Dios, nos daremos cuenta de que la vida no es para nuestro placer y entretenimiento, sino que tiene un propósito de que tendremos que dar cuentas de las cosas que Dios nos da.

Pregunta para considerar: ¿Qué me ha ocurrido recientemente que ahora veo que era una prueba de Dios? ¿Cuáles son las cosas más grandes que Dios me ha confiado?

Mi opinión: Yo creo que todo es una prueba de Dios. Dios me ha confiado mi esposa y futuro hijo, mis posesiones y más importante su propósito.

El Gran Administrador

Colosenses 1:24-29

No sé cuantas veces me he puesto a pensar en cómo es Dios. Creo que a veces no le pongo mucha importancia en la imagen que tengo de Dios en mi cabeza. O quizá no renuevo ese imagen que tengo de Dios día con día. Todos los días aprendo más de Él pero no actualizo la forma en que lo veo. El día de hoy, en el pasaje que leí, hay un versículo que cambia mi forma de ver a Dios.

El versículo 25, Pablo está explicando cómo Dios le dio el ministerio, y lo dice así: “de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, y la palabra que me llama la atención es “administración”. Dios es un administrador. Dios es el administrador más perfecto que hay. Sus proyectos siempre se cumplen a la fecha y hora que el programa. Sus cuentas siempre cuadran. Su horario siempre es óptimo. Sus papeles siempre están ordenados. Todos los variables están tomados en cuenta. Nunca sobre carga el trabajo de sus obreros. Dios es la persona más ordenada que hay. El imagen de un ser divino sentado sobre una nube se va transformando en un ser ordenado, detrás de un escritorio trabajando en proyectos con la precisión más detallada. Dios prepara planes, estrategias y recursos para cumplir sus propósitos. Y para cada persona tiene preparado cosas especiales.

Al reflexionar sobre mi vida, me doy cuenta que soy un pésimo administrador. No soy nada ordenado y en lugar de planear, nada más reacciono a las cosas. Esto no refleja a Dios en mi vida. Jesús dice que debemos de ser perfectos como nuestro Dios que está en los cielos es perfecto (Mateo 5:48), y uno de esos aspectos es la administración o mayordomía de todo lo que nos da Dios: nuestro tiempo, recursos, esfuerzo, etc. Ser un mejor administrador es ser más como Dios. Necesito entender las cosas que Dios me ha dado y lo que quiere que haga con eso, y administrarlo.

Dios, ayúdame a ser el administrador que tu quieres que yo sea. Permíteme hacer solamente las cosas que Tú quieres que haga.