Doble animo

Santiago 1: 1-10

L a vida cristiana se basa mucho en la fe. Debemos creer en Cristo Jesús. Dios nos concede conocerlo y nosotros al conocerlo debemos creer en él, cómo dice Hebreos 11:6; “porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay”. Y hay veces que pasamos pruebas, pasamos momentos difíciles donde principalmente nuestra fe es probada. Nuestra fe es probada porque podemos reaccionar conforme la voluntad de Dios o podemos reaccionar de forma que no le agrada a Dios. Pero en estos versículos Dios nos anima a estar gozosos durante la prueba porque al final de la prueba tendremos más paciencia. Para qué más paciencia, pues para resistir más pruebas. También la fe es importante a la hora de orar y pedir sabiduría de Dios. A Dios le agrada un creyente sincero y no uno que duda de su existencia. Así que debemos acercarnos a Dios creyendo que verdaderamente existe, y entonces así Dios nos dará de su sabiduría.

El hombre que duda es llevado de un lado a otro. Lo llevan los vientos del mundo y de las influencias. No es constante, no es firme y por lo tanto su camino no es derecho. Yo creo que va muy de la mano con tener un doble ánimo. Que un día es ferviente para Dios y otro día desanimado, o llevado por algún corriente. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. Debemos perseverar en Cristo. Cristo debe ser nuestro constante en toda la vida. Solo teniendo a Cristo como pivote de nuestra vida vamos a ser constante. El de doble ánimo empieza pero no termina, sueña pero no realiza, da un paso para adelante y luego para atrás, y al final se frustra porque aspira a cosas posibles pero él es su propio obstáculo.

Aplicación: Últimamente he sido de doble ánimo. No he sido constante en mi vida cristiana y sufro las consecuencias de ello. Veo al pasado y veo mis proyectos comenzados pero nunca terminados. Soy puros comienzos y ningún proyecto concluido. Debo de tener más fe en Cristo. Creer más en él de tal manera que se vuela el centro de mi vida de nuevo. No vivir de manera que dudo de su existencia, pero vivir de forma que demuestra de que existe. Debo ser cada vez más como Cristo, y cada vez menos como Daniel el de doble ánimo.

1 comentario: