Fui hecho para una misión

Día 36

Este capítulo es el primer capítulo del quinto y último propósito de este libro que es, “Fuiste hecho para una misión”. El autor dice que cada uno de nosotros tenemos ministerios y una misma misión. El ministerio es el trabajo que se hace con los que ya son creyentes o sea los de la iglesia, y la misión es con las personas que aún no creen, o en otras palabras los del mundo. Nuestra misión es compartida y específica. El autor expone 6 razones por lo cual nuestra misión es importante.

Tu misión es una continuación de la misión de Jesús en la tierra. Como seguidores de Cristo debemos de terminar lo que Él comenzó. La Gran Comisión fue asignada a cada seguidor de Cristo y no a los pastores o ministros. Dice en Ezequiel 3:18 que Dios nos pedirá cuentas de los no cristianos a quienes pudimos compartir de Cristo.

Tu misión es un privilegio maravilloso. Nuestra misión involucra dos grandes privilegios, trabajar con Dios y representarlo. Estamos colaborando en la construcción de Su Reino.

Decirle a otros cómo pueden obtener la vida eterna es lo mejor que puedes hacer por ellos. Su tu vecino tiene cáncer o SIDA y sabes cuál es la cura, sería un crimen que retuvieras esa información que le salvaría la vida. Así es también con el perdón y vida eterna que da Jesús. Sin Cristo están perdidos y listos para la separación eterna de Dios. Todos necesitamos a Jesús ya que es el único que puede salvar.

Tu misión tiene un significado eterno. Esto impactará el destino eterno de otras personas, así que es más importante que cualquier trabajo, logro o meta que encontrarás durante tu vida en la tierra.

Tu misión da significado a tu vida. Si fallas en cumplir la misión que Dios te asignó en la tierra, entonces has desperdiciado la vida que Dios te Dios. Si sólo una persona va al cielo por tu causa, tu vida habrá hecho una diferencia por la eternidad.

La conclusión del tiempo de Dios en la historia está vinculada con la terminación de nuestra comisión. Cuando toda la tierra ha escuchado el evangelio, es cuando Jesús vendrá por segunda vez. Nuestra misión es lo que detonará el fin del mundo.

Dios quiere usar nuestras vidas para cumplir su misión. Nosotros debemos rendir nuestras vidas y planes en las manos de Dios para que los use en su obra. Que se haga su voluntad y no la nuestra. Siempre debemos buscar uno más para Cristo.

Pregunta para considerar: ¿Qué temores me detienen para cumplir la misión de Dios y poder terminarla? ¿Qué me detiene para hablarles a otros de las buenas nuevas?

Mi opinión: Yo creo que el rechazo.

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