Mentalidad de siervo

Día 34

En este capítulo el autor continúa sobre el tema de ser siervo. Específicamente describe la actitud que debe tener el siervo a la hora de servir. Dice que a Dios le interesa más el por qué hacemos las cosas que en lo que hacemos. Las actitudes cuentan más que los hechos. El autor propone 5 actitudes que debe tener el siervo de Dios al servir.

Los siervos piensan más en otros que en sí mismo. Los siervos actúan sin pensar en el beneficio de uno mismo. El autor dice que esto es “perder su vida”. Es dejar de enfocarnos en nuestras propias vidas para servir a otros. A veces servimos a otros pero con un fin distinto y egoísta, como es para agradar a otra persona, ser admirado y glorificado por otras personas, o para lograr nuestras propias metas. Eso es ser egoísta y servir enfocándose en uno mismo. ¿Cómo reaccionas cuando eres mandado por alguien o tratado como un inferior?

Los siervos piensan como mayordomos, no como dueños. No podemos servir a dos señores. Para ser siervo no podemos servir al dinero, sino solamente a Dios. Cuando servimos al dinero, nos volvemos esclavos del dinero, pero cuando servimos a Dios, el dinero nos sirve a nosotros. Los siervos del Señor siempre están conscientes del ministerio y no del dinero. Podemos ser edificadores del Reino o edificadores de riquezas. Seamos de los primeros.

Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen. No comparan, critican ni compiten con otros siervos o ministerios. No lo hacen porque todos están el mismo equipo. En lugar de gastar energía en criticando o comparando, mejor lo usan para seguir sirviendo a Dios. La biblia dice que no nos toca criticar el siervo de otro, sino eso le toca a su amo. De igual forma no nos toca defendernos cuando somos criticados por nuestro servicios, dejemos eso al Señor también. Tu servicio por Cristo nunca es considerado como pérdida aunque otros lo digan.

Los siervos basan su identidad en Cristo. Cuando uno tiene la certeza de quien es en Cristo, puede servir a Dios sin inseguridades. Cuando en entiendes la realidad del asunto, todos los obstáculos que uno mismo pones se vuelven vanas y nos podemos enfocar en lo que realmente es importante. Cuando vemos el mundo con los ojos de Cristo nos damos cuenta de lo que realmente vale la pena.

Los siervos piensan en el ministerio como una oportunidad, no como una obligación. Disfrutan ayudando a la gente, supliendo necesidades y realizando su ministerio. Saben que Dios les ha prometido recomenzarlos. Saben que servir es el mejor eso que pueden darle a su vida.

Pregunta para considerar: ¿Me preocupo más por ser servido que por servir a otros?

Opinión: Yo creo que no. De alguna forma siento que no estoy sirviendo pero tampoco busco que me sirven a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario